MURAL-PERFORMANCE

ATRAZVANGUARDIA NECENSE I

El mural de Alfredo Arcos es todo un mundo de color, todos los colores están ahí, basados en los grises, negros y blancos; es una saturación controlada, la acumulación de pedazos de ropa pintada previamente con modelos y sin modelos, pedazos de instantes, de encuentros con amigos, de cansancio, de la misma soledad de Alfredo en ese lugar, le dan vida a ese muro.

Pareciera que no hay final en el mural todo lugar es un inicio, en cualquier parte puede iniciar una historia diferente y cada ves es contada de distinta forma.

Es un mural de descubrimientos en cada ojeada puedes descubrir nuevos personajes, nuevas situaciones, nuevos detalles. ¿O será que Alfredo llega cada día a colocar una nueva pieza en el muro, después de haber luchado la noche anterior con sus demonios?, ¿posiblemente lo regaño Don Rufinito sobre las sandias que se van comiendo los coyotes a diario en esos cuentos eternos y por eso aparecen más cada vez?, eso solo Alfredo lo sabe.

En el Performance Alfredo sigue siendo parte de su mural, se estuvo integrando en cada momento con las telas que pegaba, se mantenía oculto de sus ex amigos y los observaba de reojo mientras pegaba a la pared un brasier o una tanga de alguna mujer policía.

Arcos se transforma y se mimetiza en su mural, con su persona camuflajeada va cambiando su lenguaje, va diciendo lo que siente en ese momento, todo es vertiginoso, de repente Arcos convierte su mural en un organismo vivo lo hace transformable, transitable y espacial.

El lenguaje va adquiriendo nuevos matices cada ves que Arcos pasa sobre de la pared, de súbito las imágenes se convierten en híbridos; jaguar-coyote, perro–sandia, hombre –jaguar, mujer coyota-venus necense, jaguar sobre jaguar, perros apareándose, hombre –mujer-lujuria, mujer pariendo sandias, sandia-árbol, perro-caballo, hombre–pez, mujer-flor, jaguar-serpiente, Alfredo-perro.

Todo se convierte en un caos, rostros pidiendo ser rescatados o mujeres gritando y tratando también de ser protagonistas del impulso frenético de Arcos.

También en esa aceleración consigue hacer danzar a sus personajes perdiéndose en los diseños de tejidos o impresos de las telas o ropa femenina y reapareciendo en un cultivo, ramillete de sandias, todo es inmediato pero crea esas historias en todo momento.

Las fotos en el muro nos hablan de sus recuerdos son como ventanas que colocó dentro de su mural para que todos podamos abrirlas en cualquier momento y podamos descubrir al verdadero Alfredo Arcos , descubrir su reflejo verdadero.

Pareciera que sus ojos y sus manos rompen con la gran maraña de imágenes como si tratara de rehacer cada parte, el mural es una obra en movimiento continuo, Arcos sigue incansable, atrás quedaron los coyotes hambrientos, los coyotes que comen sandia y beben pulque humano, los coyotes rojos sandia, el va; uno, dos ,tres pasos adelante de todo y de todos y con sus manos quiere pintar todo, con la mirada, domina ,dirige y define su sentido de pertenencia, es su mural ,su relejo, su identidad, su gente, su ciudad Nezia.

En el proceso del Video-performance, Charcko pudo apreciar muchos detalles que estaban de manera subjetiva en el mural, conociendo el dinamismo de Alfredo supo lo que tenia que hacer desde un inicio, entendió el concepto saturación-control-espacio que Arcos había llevado a su mural con todas esas imágenes que fue acumulando de manera controlada en el proceso y supo también como habían sido los acercamientos con las personas que de manera voluntaria habían cooperado con alguna prenda o recortado algún dibujo para ir armando la pieza.

Fueron varias horas de grabación, con resultados muy positivos, que tuvieron tomas bien controladas, pues al observarlas en la primera vista habían resultado muy efectivas por lo que se ve que Charcko supo muy bien lo que tenia que hacer desde la primera ves que vio el mural. En el performance la atención se concentra en el cuerpo del artista y en el video la atención se aprecia desde el primer plano y a Charcko no le bastó con el cuerpo de Arcos si no que uso a otros modelos para hacer un conjunto que le diera mayor fuerza a la pieza y así hacer extensivo el deseo de Arcos por compartir lo que crea en cada mural de ahí mismo la intención de subir a la red el video y compartirlo con el mayor numero de personas posible. En pocos minutos (5:32) Charcko pudo sintetizar todo el lenguaje atóxico radical de Alfredo Arcos con la organización y estructura de imágenes y sonidos.

Martín Cuaya.
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